13.Los cigarrillos combinados
No, un cigarrillo combinado no significa que fumes dos o tres a la vez.
Cuando eso ocurre, te preguntas por qué estabas fumando el primero. Una vez
me quemé el dorso de la mano al llevarme un cigarrillo a la boca teniendo ya
uno. Eso en realidad, no es tan absurdo como parece. Llega un momento, como
he dicho antes, en que el cigarrillo ya no alivia las molestias del mono, y llegas a
sentirte privado de algo incluso mientras fumas. Esta es la terrible frustración del
fumador compulsivo. Cuando necesita un estímulo, ya está fumando. Esto lleva
a los fumadores empedernidos a engancharse con el alcohol o con otras
drogas, pero eso es otro tema.
El cigarrillo combinado es el que fumas por dos o más de las razones
normales que nos empujan a fumar. Por ejemplo, en las reuniones sociales, las
fiestas, las bodas, las comidas en un restaurante. Estos son ejemplos de
ocasiones de estrés y relajación. A simple vista, esto parece una contradicción,
pero no lo es. Cualquier forma de relación social puede contener un elemento
de estrés. Incluso entre buenos amigos hay burlas y bromas normales, y al
mismo tiempo quieres divertirte y relajarte.
Las situaciones peores son aquellas en las que las cuatro razones están
presentes a la vez. El conducir puede servir de ejemplo. Si acabas de salir de
una situación de estrés, como, por ejemplo, una visita al dentista o al médico,
ahora puedes relajarte; pero, al mismo tiempo, el conducir siempre supone un
elemento de estrés, estás jugándote la vida continuamente. Además, tienes que
concentrarte. Puede que no te des cuenta de los últimos dos factores, pero el
hecho de que estén en el subconsciente, no quiere decir que no existan. Si te
encuentras bloqueado en un atasco o tienes muchos kilómetros de autopista por
delante, también puedes aburrirte
Otro ejemplo clásico es una partida de cartas. En juegos como el bridge o
póker, tienes que concentrarte. Si estás perdiendo más de lo que te puedes
permitir, te llenas de tensión. Si pasas varias manos, sin buena racha, puedes
sentirte aburrido. Y mientras está pasando todo esto, se supone que es una
actividad de ocio y que estás relajado. Durante una partida de cartas, por muy
flojas que sean las molestias del mono, todos los fumadores fumarán sin parar,
incluso los que normalmente fuman poco. En seguida se llenarán y se
desbordarán los ceniceros. Habrá una nube atómica justo encima de las
cabezas de los jugadores. Si te acercas a cualquiera de los fumadores y le
preguntas «¿Estás disfrutando de los cigarrillos?» La respuesta sería: «Lo dices
en broma, ¿no?» Muchas veces, después de una velada de estas, al
despertarnos por la mañana con la garganta como un pozo fangoso, decidimos
dejar de fumar.
Estos cigarrillos combinados son a menudo los «especiales», los que
pensamos echar de menos cuando consideramos dejar de fumar. Creemos que
nunca vamos a poder disfrutar igual de la vida. En realidad es la misma historia
de siempre: sólo se trata de aliviar el mono, aunque esta necesidad es más
urgente en unas ocasiones que en otras.
Vamos a dejarlo bien claro; no es el cigarrillo lo especial, sino la ocasión.
Una vez hayamos eliminado la necesidad de fumar, disfrutaremos más de esas
ocasiones y padeceremos menos estrés. Todo esto se explica con mayor detalle
en el siguiente capítulo.
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