miércoles, 13 de diciembre de 2006

Las razones principales del fracaso

36.Las razones principales del fracaso


Hay dos razones que destacan: la primera es la influencia de los demás
fumadores. En cualquier momento de debilidad tuya, o durante una fiesta
cualquiera, alguien encenderá un cigarrillo. Ya he hablado de este peligro con
bastante detalle. Aprovecha ese momento para repetirte que no existe eso de
«un solo cigarrillo». Alegrate de romper la cadena. Recuerda que el fumador te
envidia a ti; siente compasión por él
. Él necesita tu compasión, créeme.
La segunda razón principal es tener un mal día. Date cuenta con toda
claridad antes de dejarlo que siempre hay días malos y días buenos, seas
fumador o no. Todo es relativo en esta vida, y no se pueden tener momentos
buenos sin tener los malos de vez en cuando.

El problema para dejarlo con el Método de la Fuerza de Voluntad es que
en cuanto el ex fumador tenga un mal día, empezará a añorar sus cigarrillos. Y
el día que empezó mal, acaba todavía peor. El no fumador está mejor
preparado, tanto física como mentalmente, para afrontar los problemas y las
tensiones de la vida.

Si tienes un mal día durante el período de la retirada de la nicotina,
aguanta el golpe. Recuerda que también había días malos cuando fumabas (si
no fuera así, no habrías decidido dejar de fumar), y en lugar de deprimirte,
piensa algo así: «Bueno, hoy no es mi día, pero si me fumo un cigarrillo, no va a
mejorar. Mañana ya será mejor, y al menos tengo todavía la gran satisfacción de
haberme liberado del tabaco.»

Cuando eres fumador se cierra la mente ante los aspectos malos del
fumar. Los fumadores nunca padecen la tos de fumador, sino que están
permanentemente resfriados. Cuando tu coche se avería en medio de la nada,
enciendes un cigarrillo, pero ¿estás feliz y de buen humor ahora? Por supuesto
que no. Una vez dejas de fumar, la tendencia será echar la culpa de todo lo que
te va mal en tu vida al hecho de haberlo dejado. Ahora cuando se averíe tu
coche, piensa: «En momentos como estos hubiera encendido un cigarrillo.» Es
la verdad, pero has olvidado que el cigarrillo no resolvía el problema, y
simplemente te estás castigando al añorar una ayuda ilusoria. Estás creando
una situación imposible. Te sientes desgraciado porque no puedes fumar el
cigarrillo y te sentirás aún más desgraciado si lo fumas. Sabes que has tomado
la decisión correcta al dejar de fumar, no te castigues a ti mismo y no pongas
nunca en duda tu decisión.

RECUERDA: PASE LO QUE PASE, HAY QUE TENER SIEMPRE UNA
ACTITUD MENTAL POSITIVA.

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