miércoles, 13 de diciembre de 2006

El instante de la «revelación»

39.El instante de la «revelación»

Normalmente el momento de la revelación llega al cabo de unas tres
semanas después de dejar de fumar. De repente parece como si el cielo fuera
más luminoso, y aquí acaba por fin el lavado de cerebro. Al momento ya no
necesitas decir que no te hace falta fumar, y te das cuenta de que,
efectivamente, es verdad. Se rompe el último hilo de la cuerda, ya sabes que
puedes disfrutar del resto de tu vida sin tener que fumar. Suele ser a partir de
este momento cuando los fumadores empiezan a causarte una sensación de
lástima.


Los fumadores que utilizan el Método de la Fuerza de Voluntad no suelen
nunca experimentar este momento, porque aunque les gusta ser no fumadores,
siguen creyendo que han sacrificado algo.

Cuanto más fumases, mayor es la satisfacción de este momento, y es una
satisfacción que dura toda la vida.

Creo que he tenido mucha suerte en esta vida, y he tenido momentos
realmente maravillosos, pero de todos ellos el más maravilloso ha sido este
momento de revelación. Cuando pienso en otros momentos felices de mi vida,
sé que fueron felices, pero no logro revivir la sensación de felicidad. Sin
embargo, la felicidad que siento al no tener que fumar está siempre conmigo.
Ahora, si alguna vez estoy triste y necesito algo que me levante el ánimo, pienso
en lo fantástico que es no estar enganchado con ese asqueroso hierbajo. La
mitad de las personas que se ponen en contacto conmigo después de dejar el
hábito, dicen lo mismo: que ha sido el momento más feliz de su vida, ¡Qué
placer te espera!

Con la ventaja de cinco años de experiencia, desde los comentarios que
he recibido de personas que han leído este libro, y en mis sesiones, he
aprendido, que en la mayor parte de los casos el instante de la revelación ocurre
no pasadas las tres semanas, como acabo de decir, sino en unos días.

En mi propio caso ocurrió antes de apagar mi último cigarrillo; y en muchas
ocasiones, en mis primeras sesiones cuando atendía a las personas una por
una, incluso antes de llegar al final de la sesión los fumadores decían algo
como: «No necesitas decir nada más, Allen. Lo veo con tanta claridad, sé que
nunca más volveré a fumar.» En las sesiones en grupo he aprendido a ver
cuando esto ocurre, sin que nadie me diga nada. Por las cartas recibidas,
también soy consciente de que ocurre muchas veces con el libro.

Lo ideal es que si sigues todas las instrucciones y comprendes la
psicología completamente, tendría que ocurrirte a ti inmediatamente.
Hoy día en mis sesiones digo a los fumadores, que tarda unos cinco días
para que la ansiedad física perceptible desaparezca, y unas tres semanas para
que un ex fumador se libere de la nicotina completamente. En cierto modo no
me gusta dar tales pautas. Puede causar dos problemas. El primero es que
introduzco la sugerencia en la mente de las personas de que tendrán que
«sufrir» entre cinco días y tres semanas. El segundo es que el ex fumador
tiende a pensar: «Si llego a aguantar durante cinco días o tres semanas, puedo
esperar un verdadero estímulo al final de este período.» Sin embargo, puede
que tenga cinco días o tres semanas agradables, seguido por uno de estos días
desastrosos que atacan a no fumadores y fumadores (que no tiene nada que
ver con el fumar, sino que se deben a otros factores en nuestra vida). En vez de
tener el momento de revelación que está esperando nuestro ex fumador,
experimenta una depresión. Podría destruir su confianza.

Sin embargo, si no doy pautas, el ex fumador puede pasar el resto de su
vida esperando que ocurra algo. Sospecho que esto es lo que ocurre a la gran
mayoría de fumadores que lo dejan con la ayuda del Método de la Fuerza de
Voluntad.

Hubo un momento en que pensé decir que la revelación debería ocurrir
inmediatamente. Pero si lo hiciera y no ocurriera de modo inmediato, el ex
fumador perdería confianza y pensaría que no iba a ocurrirle nunca.
Mucha gente me pregunta por el significado de los cinco días y tres
semanas. ¿Acaso son períodos que he fijado yo al azar? No. Es obvio que no
son fechas exactas, pero están basadas en la información que he acumulado a
lo largo de los años. Al cabo de unos cinco días después de dejar de fumar, es
cuando el fumar deja de ocupar el primer lugar en la mente del ex fumador. Es
más o menos entonces cuando la mayoría de los ex fumadores experimentan el
instante de revelación. Puede que venga después de una situación de estrés, o
tras una ocasión social, o después de una de estas ocasiones en las que
pensabas que no podrías hacerles frente o disfrutar sin un cigarrillo. De repente
te das cuenta de que no sólo le hiciste frente, o disfrutaste, sino que además ni
pensaste en fumar y este es el maravilloso instante en el que sabes seguro que
puedes liberarte.

He observado de mis tentativas anteriores empleando el Método de la
Fuerza de Voluntad, y por la experiencia de otros fumadores, que pasadas unas
tres semanas, fracasan la mayoría de las tentativas serias para dejar de fumar.
Creo que lo que ocurre es que al cabo de unas tres semanas, sientes que has
perdido las ganas de fumar. Necesitas probarte en esto y enciendes un
cigarrillo. Sabe rarísimo. Has probado que lo has conseguido. Sin embargo has
vuelto a introducir nicotina en el cuerpo, y tu cuerpo lleva tres semanas
añorando la nicotina. En el momento que apagas ese cigarrillo, la nicotina
empieza a salir de tu cuerpo. Ahora una vocecita dice: «No lo has conseguido.
Quieres otro.» No enciendes otro inmediatamente porque no quieres
engancharte de nuevo. Dejas que pase un período seguro. La próxima vez que
tengas la tentación puedes decirte: «No me enganché la otra vez, así que no me
hace ningún daño si fumo otro.» Ya estás en la cuesta abajo.

La solución a este problema es no obsesionarte con el instante de la
revelación, sino darte cuenta de que en el momento en que apagas ese último
cigarrillo, ya se acabó. Ya has hecho todo lo que tenías que hacer. Has cortado
el suministro de nicotina. Ninguna fuerza en esta Tierra puede impedir que te
liberes, a no ser que añores tristemente el cigarrillo o que te quedes esperando
la revelación. Sal y disfruta de la vida; hazle frente desde el principio. De este
modo, pronto experimentarás el instante.

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