10.Las situaciones de aburrimiento
Si ya estás fumando en este momento, probablemente no te habrás dado
cuenta de ello hasta que lo he mencionado.
La idea de que los cigarrillos mitigan el aburrimiento es otra falsedad. El
aburrimiento es un estado de ánimo. Si te fumas un cigarrillo, tu mente no dice:
«¡Ah, qué bien, me estoy fumando un pitillo, me estoy fumando un pitillo!» Eso
sólo ocurre cuando llevas bastante tiempo sin que te permitan fumar, o cuando
intentas fumar menos, o mientras fumas esos primeros cigarrillos, después de
haber fracasado en el intento de dejarlo.
La situación real es esta: cuando eres adicto a la nicotina, si no estás
fumando te falta algo. Si tienes la mente ocupada en algo que no produce
estrés, puedes estar bastante tiempo sin fumar, sin que te moleste la ausencia
de la droga. Pero cuando estás aburrido, nada te distrae y le das de comer al
monstruito. Cuando fumas sin control, es decir, cuando no estás intentando
reducir el consumo de tabaco ni dejándolo, incluso el acto de encender un
cigarrillo se hace de modo inconsciente. Así, los fumadores de pipa o los que
lían sus propios cigarrillos, pueden seguir el rito de una manera automática. Si
un fumador intenta acordarse de los cigarrillos que ha fumado durante el día,
sólo podrá recordar unos pocos; por ejemplo, el primero de la mañana, o el que
fumó después de comer.
La realidad es que el tabaco tiende a aumentar el aburrimiento de modo
indirecto, porque te hace sentir letargo y, en vez de emprender una actividad
dinámica, los fumadores pasan el rato sin hacer nada, aburridos, aliviando el
mono.
No hay comentarios:
Publicar un comentario